Hay que ser muy exigente con E.T.A.
Entrevista de Amaia Chico a Iñaki Galdos, presidente de Hamaikabat. Publicada en el Diario Vasco el 8 de septiembre de 2010.«Sólo cuando el último amenazado sienta tranquilidad se podrá hablar de pasos firmes hacia la paz»
Iñaki Galdos mantiene que la sociedad agradecerá en el futuro que «seamos muy exigentes con ETA» porque «no puede quedar la sensación» de que tantos años de terrorismo «han valido la pena». El presidente de Hamaikabat insta, por eso, a no dar protagonismo a la organización.
- Hamaikabat se ha mostrado muy recelosa ante el comunicado de ETA. ¿Esperaba que fuera más clarificador?
Nosotros ni esperamos ni dejamos de esperar. En la política vasca y en la estatal hay una excesiva obsesión por lo que ETA diga o deje de decir, y nosotros lo que reclamamos es que nuestra agenda política no la debe marcar ETA. Estamos cayendo en su trampa en la medida en que nos fijamos de manera obsesiva en los pasos que da o deja de dar, porque no son tan determinantes. Dicho esto, hemos expresado nuestra alegría por el hecho de que este anuncio, al parecer, permita a muchas personas sentir cierto alivio y respirar más tranquilas. Pero a partir de ahí no vemos ningún avance, más bien al contrario. ETA persiste en cuestiones que son de una gravedad extrema.
- ¿A qué se refiere?
Por una parte, incluso dando algún paso atrás, ETA persiste en su deseo de erigirse en garante de un tipo de proceso que ellos denominan democrático pero que nosotros no podemos calificar como tal. No le otorgamos a ETA la capacidad y el papel que quiere autootorgarse. Por otra parte, una vez más ETA obvia que, aunque nos duela su composición, aquí hay unas instituciones vascas que son las legítimas depositarias de la voluntad del pueblo vasco. Y en último lugar, nos parece altamente preocupante que una vez más persista en la idea de hacer un relato histórico absolutamente delirante, dando a entender que los logros en la sociedad vasca son gracias a ETA cuando es precisamente lo contrario, el avance en el autogobierno se ha hecho a pesar de ETA.
- ¿No interpreta por tanto este alto el fuego como un primer paso?
Es un paso en la medida en que hay personas que no están en este momento amenazadas. Pero amén de eso, poco hay. No nos sumamos a esa ola de satisfacción que pretenden instalar algunos dentro del nacionalismo vasco, entre otras cosas porque en el nacionalismo deben existir, aunque a veces parezca que vamos a contracorriente, voces que persistan en la exigencia absoluta hacia ETA. Debemos ser muy exigentes porque la sociedad vasca en el futuro agradecerá que así sea. No entendemos la solemnidad con la que algunas fuerzas abertzales han recibido el comunicado, entre otras cosas porque tampoco responde a sus propias exigencias.
- ¿Cómo cree que deben actuar los gobiernos central y vasco?¿Deben atender a la petición de ayudar a la verificación?
Respecto a ese último tema, Hamaikabat insiste en que la verificación del final de la violencia y la amenaza le corresponde a la sociedad. Sólo cuando la última persona amenazada sienta que puede tomar un café con tranquilidad podemos empezar a hablar de pasos firmes en la pacificación. Debemos aprender de nuestra historia, y ver que incluso cuando ha habido treguas han persistido amenazas o presiones. Da la sensación de que los que hablan de altos el fuego de esa manera se olvidan de los pequeños dramas que persisten.
- (…)
En lo que respecta a los gobiernos, creo que las instituciones son las depositarias de la legitimidad popular, y por eso todo lo que se haga tratando de sacar tajada en foros y procesos que no tengan la legitimidad popular no tiene ningún futuro. No creemos en procesos-trampa ni en procesos-negociación que lo único que persiguen es conseguir ventajas partidistas. En el futuro nadie se puede quedar con la sensación de que esto ha valido la pena.
- ¿Y los partidos vascos, qué actitud deberían tomar?
Hay que dar pasos al frente, no podemos estar parados, y por supuesto en un escenario de pacificación hay que hablar de qué pasa con los presos, con las víctimas, cómo damos pasos para la reconciliación… Y Hamaikabat estará ahí para hablar de esas cuestiones. Pero para hablar de política están los agentes políticos y las instituciones vascas. Somos un partido abertzale que aspira a nuevas cotas de autogobierno, a una Euskadi libre en una nueva Europa, a que la sociedad vasca tenga voz y capacidad de decisión, pero no vamos a consentir que ETA trate de ‘ayudarnos’ en esta singladura, y menos que trate de hacer ver que lo que consiga el pueblo vasco ha sido gracias a ella. ETA sólo ha paralizado un mejor desarrollo de la sociedad vasca.
-¿Ha llegado el momento de hablar de esos temas?
No. Todavía hay mucha gente bajo amenaza. Exigimos que desaparezca porque este tipo de pasos no sirven más que para marear la perdiz. ETA trata de viciarnos a una especie de telenovela por capítulos en la que no se puede caer, porque lo último que nos conviene es poner el foco en una ETA absolutamente debilitada, fuera de tiempo y lugar, que trata de adquirir protagonismo a base de estos golpes de efecto.
-¿Cree más ahora en la apuesta de la izquierda abertzale por las vías políticas?
La izquierda abertzale debe decidir si su apuesta se hace de manera sincera, fruto de una reflexión en la que quieren ser verdaderos agentes políticos, o si lo hacen aceptando la tutela de ETA. En la medida en que no sean capaces de decirle a ETA que no aceptan su tutela en ningún proceso de negociación, no serán capaces de hacer política como la mayoría de la sociedad quiere. Si es capaz de hacer eso, creo que podrá incorporarse a la vida política con normalidad, cuestión que deseamos fervientemente.
-¿Cómo prevé que evolucione la actual situación?
Es evidente que ETA no ha dado el paso que algunos esperaban. Y por tanto creo que vamos a continuar en una especie de atasco. Aquí la clave es que o bien ETA se da cuenta de que tiene que desaparecer, o bien la izquierda abertzale le dice de forma clara que no acepta el papel de tutelaje político. Mientras eso no se produzca, pocas garantías de éxito tenemos para avanzar en la pacificación.
-¿Qué reacción ha percibido en la sociedad ante el comunicado?
Bastante frialdad y escepticismo. Creo que se han dejado pasar muchos trenes y ha llegado el momento en que este tipo de manifestaciones dejan de interesar a la sociedad, que actúa ya como si ETA no existiera. La gente no terminan de creerse lo que ETA vaya a hacer en el futuro.
-¿Cómo valora la sucesivas apariciones públicas que la izquierda abertzale ha hecho estos días?
Están esforzándose en mantener la tensión, porque son conscientes de que las expectativas creadas ahora no se corresponden ni por asomo con las del pasado. Deberían hacer una reflexión de por qué ha sido así.
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